jueves, 21 de febrero de 2008
monto mi pingo!
La primera vez que monté un pingo tenía casi 11 años. Y mucho miedo, obvio, como suele suceder en el encuentro cercano con bestiecillas que no son del mismo género que una, vió. Terror y fascinación, como quien se encuentra con un animal repulsivo y maravilloso al mismo tiempo. Pero bueno, este pingo estaba en Córdoba, en Huerta Grande, para ser exactos, y ya hacía tiempo que nos mirábamos a los ojos en las mansas aguas del balneario, yo en mallita fluo (eran los 80's!), él atado a sus hermanos pingos paseantes por hora y el amo que no los dejaba tomar agua por temor a la fiaca de andar llevanto turistas. Y un día me acerqué con los pocos pesos que me había dado mi abuela, le acaricié la frente por entre las anteojeras, y con ayuda del amo me subí a la montura de cuero y corderito abajo. Y salimos a pasear, y así todos los dias durante los 15 días de vacaciones.
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La primera vez que monté un pingo tenía casi 15 años. Y mucho miedo, obvio, como suele suceder en el encuentro cercano con bestiecillas que no son del mismo género que una, vió. Terror y fascinación, como quien se encuentra con una anatomía repulsiva y maravillosa al mismo tiempo. Pero bueno, este pingo estaba en la casa de mis viejos, en el baño, para ser exactos, y ya hacía tiempo que nos manotéabamos de lo lindo en los zaguanes y lugares oscuros del barrio, él un pibe de mi edad con media neurona y violentada de tanto videojuegos (eran los 90's!) y yo una chica estudiosa ya aburrida de las lecciones y moralejas. Y un día que mis viejos no estaban y mis hermanos miraban tele, salimos corriendo al baño a probar qué se sentía, a intentar cómo se hacía. Y salimos a pasear, y después nos fuimos al carajo mal, entre patadas y empujones.
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Paredes que hablan (3)
Los chicos y chicas de la causa militante siguen llamando a la erotización del público en general, de esta Rosario infernal y a-libídica, de esta ciudad de mucho cineclub intelectualoide que qué fifí qué apatía me da dirigirte la palabra a vos, a vos que no tenés lentes cuadraditos ni pesas 50 kg, ni podés hablar de Aria, Pinchot, Boudeau, Buñil, ni el deconstructivismo escatológico memorizado una hora de corrido.
Siguen las pintadas reproductivas en las calles, desconcertantes pero subliminales al fin, como las del concilio del discurso en habla hispana, que después de tanto bla bla bla y jocosidades apláusicas, solo queda el ardor de lengua.
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Y nada. A mí nada de nada eh. Ya van varias veces que escucho "quiero conocer a alguien que me enamore/caliente/rompa la cabeza/sacuda/sacuda la estantería/etc." YYYY NOOOOO!!! no, manga de salames, cómo vamos a echarnos panza arriba al sol y pretender que el otro nos baile el cancán o la danza de los siete velos y a nosotros se nos vuele la tapa de los sesos como por arte de magia!!! NOOOOO! Si uno tiene el corazón de piedra, si uno labura 12 horas por día, si uno se estresa, corre, salta, la guita no alcanza, la sociedad obliga, cumple los horarios, toma falopa, paga los impuestos, mete materias, mete pua, se da rosca, se muere de tristeza, se revuelca en la mierda, ¿¿cómo, cómo vamos a pretender que alguien nos salve??!
Eso pasa sólo en las películas.
Y la calle dice la posta.
Y me monto en mil demonios.
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6 comentarios:
Si me siento asi
el demonio tiene que existir
oh si!
já! sí, claro que existe! y no sabés la montura de espinas que tiene!
(yo parezco un colador, querida!)
besos y gracias por pasar!
Te leo y te amo.
Te leo y te odio.
Te deseo.
Deseo.
Cojerte, morderte, dolerte.
Olerte en un baño.
Cojerte, morderte, tenerte.
Te amo, te odio.
My little pony
Demasiada grasa de las capitales
Dame mas.
muy bien sauria, humille, pegue pegue jajajaaaaaaaaaa
Jeliza
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