martes, 9 de noviembre de 2010

la política es...

20, 23, ponele que haya tenido el chico en el 126 que va a Mataderos. Remera raída, zapatillas de lona. Saca de su mochila negra un bolsita de la librería Distal, y de adentro de la bolsita ilumina el bondi con "La razón de mi vida", y una estampa de Evita blanca sobre el fondo negro, y letras en rojo. Podría reconocer ese libro de lejos, no por la tapa reeditada, sino porque fue la literatura de los estantes de la casa de mis viejos que eran "peronistas, pero de Perón", como solía decir de pendeja, sin saber demasiado a qué me refería.

20, 23 años habrá tenido el pibe y saca ese libro recién comprado, para leer en el colectivo. Para leer, y hacer, política en el colectivo. Y pienso: 23 años tenía yo en el 2001. Bueno, qué les voy a contar de mis 23 en el 2001 que ustedes no sepan, a ver: era tan hermosa! y podría haber hecho mil cosas, pensar mil futuros y tener mil proyectos... PERO NO, en el 2001 no-pasaba-nada. Nada de nada. Nada más de lo que ya sabemos todos que pasó. Pasaba, no sé, un Ultimo Bondi a Finisterre, y pará de contar. Pasaba la Ley Federal de Educación, esa que mercantilizaba la educación para rédito de las empresas... y yo estudiaba Letras, imaginate...

Pero esperá: a mis 23, no sólo nos pasaba el 2001 en Rosario, ex-cordón industrial-fábrica-baldía (que no es lo mismo que el 2001 en Capital Federal, te lo aseguro) y yo todavía me acordaba perfectamente del 89. Bueno, en el 89 yo tenía 13 años, me acuerdo que mi vieja me mandaba a la panadería de Ayacucho y Bustamente y el pan de la mañana costaba distinto al de la tarde, por ese tema de la inflación, viste, que se definía hora a hora, sin internet y sin teléfonos mediante. Igual, en mi familia agradecíamos comer pan inflacionado, y arroz con acelga dos o tres veces por semana. También me acuerdo que la panadería atendía con la persiana baja y medio en penumbras. De eso me acuerdo, y de los saqueos en el barrio, por supuesto.

Lo más triste es que el 2001 no me sorprendió, te juro que no me sorprendió: pensaba que en la lógica de este país era normal que cada 10 años estallara la guerra social o un chocara un meteorito contra el mundo, da igual. Pero en serio que no me sorprendió, eh. Decía: en este país los ciclos son de 10 años, más o menos: la dictadura, el 89, el 2001. Qué te parece, 3 rupturas institucionales en 23 años, toda mi vidita. Hay que remontarla eh...

No sé si alguna vez pensaste en cómo la política determina la subjetividad de nuestras vidas. De lo que podemos elegir, de lo que hacemos, de lo que somos. Yo hay muchas cosas que puedo entender recién ahora, qué se yo...

Entiendo y me emociono mucho con el pibe de remera raída en el 126 que va a Mataderos, que saca un libro de política recién comprado, y quiere leer, y lee. Y hace mientras lee. El otro día, a un compañero "que no le interesa para nada la política", de pronto le dije: "mirá, la política es una forma de concebir la vida, una forma en que pensás cómo te gustaría que fuera tu vida, y la de la gente que te rodea." La política no es más ni menos que eso, cada elección que tomamos es política, cómo nos vestimos, qué comemos, qué compramos, qué leemos. La política es lo que elegimos, pero ojo, es también la que nos dejan elegir los que hacen política...

A mis 13 yo tuve la mitad de los días de clases, y la otra mitad se los llevó la huelga. A mis 23 yo pagaba el colectivo con las monedas que me daba mi viejo. Y no elegí nada de eso. Hoy, el pibe del 126, con sus 20-23, y todos los miles de pibes como él que vi en la Plaza el 27 de octubre, entienden que pueden construir política y tomar sus propias decisiones. Que pueden elegir. Y esa es la mejor forma de inventar un nuevo futuro, carajo.


3 comentarios:

gen71 dijo...

Siguiendo con las cuentas (sin revisar las suyas en las que se anda sacando años de encima, ja!) ese pibe que hoy tiene 23 en teoría habrá nacido allá por 1987.

Casualmente para pascuas de ese año, Raúl Alfonsín le daba un cachetazo al pueblo en la plaza, con la tomada de pelo del "Felices Pascuas" y el cuento de que la casa está en orden ("Orden, orden, orden, cuando hay orden el país se construye de arriba abajo" decía la Junta militar once años atrás)

Hace 23 años los jóvenes de entonces se iban de la plaza con el sabor amargo de la traición, y aquel presidente que había juzgado a la Junta militar y al que todos respaldaban, se perdió la oportunidad histórica que otros por suerte supieron visualizar.

23 años nos llevó recuperarnos de tamaña traición a la patria que derivó en aquella noche liberal en la que se llevó acabo un nuevo genocidio económico mucho mas calculado (y no por ello menos perverso) que el de los milicos.

Por suerte hubieron quienes recogieron las banderas de la militancia, y nos devolvieron la esperanza en un país en el que los derrumbes cíclicos pronosticados cada diez años sean solo saliva de los bocones agoreros.
Un proyecto de país que una vez mas y cuantas veces sean necesarias iremos a defender a aquella maltratada plaza.

Hoy esos pibes de remera raída están nuevamente en marcha, y nos dan a los que no somos tan pibes la esperanza de que otra realidad es posible.

23 años después, volvemos a creer.
Y no es poca cosa.

sauria es una mutante! dijo...

gracias por tu comentario, Gense! sos un maestro, cumpa! y qué felicidad seguir construyendo optimismo y proyectos!

besos, pibe!

Paladino dijo...

Me encanto tu blog. Gracias por comentar, suamte al GAp cuando quieras: http://grupodeartepolitico.blogspot.com/